“Este 8M es una marcha opositora, piensa las condiciones del trabajo y del trabajo no pago, no está tan anclado en la violencia por razones de género”, dijo Marta Dillon, activista lesbiana transfeminista desde hace años, a Maresca y García. “Es una puesta de límites muy concreta al proyecto neofascista de Javier Milei”.
Nuestro segundo reportaje del 8M nos llega desde Bogotá, donde la periodista Gabriela Herrera Gómez siguió la marcha desde su punto de salida en un mural que conmemora la lucha de las madres de lxs desaparecidxs hasta la plaza central de la ciudad.
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